martes, marzo 20, 2012

LA HISTORIA DE UN TEMBLOR

El día de hoy sufrimos un fuerte temblor que puso en alerta a toda la nación. Escuelas, Instituciones, Edificios Gubernamentales, Fábricas, Bancos, Medios de Comunicación, Gente en los mercados, las plazas y calles lo vivimos de la misma forma. 


Es importante darnos cuenta, que sin importar clases sociales, económicas o culturales; religión o color político, todos... absolutamente todos vivimos el mismo evento natural. Un sismo de 7.8 grados en la escala de Richter.


Para muchos, los jóvenes, fue uno de los más fuertes de su vida. Oscilatorio con una duración aproximada de 40 segundos, según el Sismológico Nacional. Gracias a Dios, no se reportaron graves daños, ni pérdida de vidas humanas.


Sin embargo, para muchos de nosotros, fue un latente recuerdo de la enorme cicatriz que dejó aquel temblor de 1985 en donde miles de mexicanos perdieron la vida. Es un recuerdo del día, que nuestro país se tiñó de escombros y en las calles había caos, pandemonium, dolor y llanto.


Hoy, a casi 27 años de aquel terrible recuerdo, un sismo con una magnitud parecida nos asola; sin embargo, no nos toma desprevenidos como aquella vez. Hoy estábamos preparados, hemos aprendido la lección. Hoy tenemos una educación sísmica que ha demostrado ser funcional. Hoy cobra validez la enorme cantidad de simulacros realizados en escuelas y empresas. Hoy por fin, entendemos la importancia de estar preparados para un desastre natural y sobre todo, de conservar la calma y actuar de acuerdo a las instrucciones de las autoridades. Hoy, podemos contar que vivimos un fuerte terremoto y que estuvimos preparados para afrontarlo.


No nos confiemos de más, debemos seguir educándonos es esta cultura sísmica y valorar la importancia de erradicar la ignorancia al respecto. Es nuestra obligación conocer y dar a conocer. Escuchar y ser escuchados y sobre todo, poner nuestro granito de arena en el apoyo y la ayuda que nuestros hermanos necesiten de nosotros. Recordemos que en estos casos, nosotros somos los que podemos marcar una diferencia.


Es un orgullo enorme, darnos cuenta de que, como país, empezamos a despertar de un largo letargo y damos nuestros primeros pasos hacia un futuro con educación colectiva y con pleno conocimiento de los puntos a seguir en estos casos.


El Instituto Canadiense CLARAC abraza cariñosamente a toda su Comunidad y los felicita por la maravillosa respuesta ante el sismo que nos asoló el día de hoy.

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